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#ACOVATELMOS#talmos.Morcegos de Filosofía

Un viaje de espacio.


¿Cómo es el Universo?
¿Cómo es la nave o vehículo que me puede transportar de astro en astro?


Dimensiones. La dimensión uno=1 la tienen los puntos aislados de un espacio geométrico, la dimensión 2 la tienen las líneas y curvas planas, la dimensión 3 la tienen los volúmenes. Entremedias la costa de Gran Bretaña tiene asignada la dimensión=1.26, número que se calcula con ecuaciones matemáticas que se describen en el tema de los fractales. Te preguntas si hay algo con dimensión tres, cuatro, pi y encuentras que algunos físicos y físicas describen el ser de lo que hay como un espacio de diez dimensiones anclado en las proyecciones inteligentes de los habitantes del Universo, una proyección es un grado de percepción holístico que abarca un universo de discurso, y un Universo es Todo, lo que conoces y lo que no conoces, tus opiniones, las de otros, ... y así indefinidamente para la palabra Universo. Con eso salir al espacio de tu jardín no parece plantear problemas, ¿y salir al espacio sidéreo? Ahí puede haber seres de toda especie y variedad.  Si te acercas a un ser que maneja campos magnéticos, o que se los come, y que es del tamaño de los habitantes de Sirio que describía Voltaire en uno de sus cuentos, en el Micromegas, treinta quilómetros de altura y a saber qué proporciones, pues el suelo se te va de debajo de los pies y te tienes que hacer a la idea de que tu cuerpo es frágil. O seres como insectos con capacidades para manejar materiales y hacer efectos de ingeniería con ellos. Un microscopio que me regalaron hace años tenía una preparación sorprendente respecto de eso, contenía una "pieza" tubular alargada. Me gustó.  Pero no es mi opinión, que está ahí, eso.  Las "fotografías" de que dispongo tomadas de la Vía Láctea la muestran como aplanada y espiral, es una galaxia de tantas, bueno no, es la nuestra. Y el Universo se expande...

Volar. Los experimentos de Galileo acerca del movimiento inercial, saber que la gravedad es menor conforme te alejas de la fuente de atracción, la capacidad para tornear piezas de metal y desmoldar piezas para motores y carrocerías y más problemas que hace años estaban sin resolver respecto de los viajes espaciales en lo que afecta a mi formación cultural se van despejando, las incógnitas adquieren aspecto de constantes, las variables aspectan concreción y el misterio del viaje espacial se desvela como nada misterioso,  viaje cercano y asequible. Hoy no parece estar fuera del ciudadano medio adquirir un coche, pues un motor de turbina es algo más complejo, y viene detallado en cualquier enciclopedia aceptable. Levantar del suelo el vehículo está sobradamente demostrado que no es difícil. Con un curso de piloto de aeroplanos vuela mucha gente de nuestras aldeas, pueblos y ciudades. Sacar al vehículo de la órbita terrestre es un poco más en el mismo tema. Con las dimensiones adecuadas, alimentos para varias semanas, calefacción,  combustible para despegar y una trayectoria fuera de la eclíptica o plano de astros la probabilidad de éxito aumenta. El espacio está mayormente vacío, y eso juega a favor de un viajero cualquiera.  Es obvio que hay diferencias entre un motor con ruedas, por ejemplo si se trata de coches, y un turismo con 75000 piezas que puedes comprar en el distribuidor que más te satisface, y hay diferencias entre un vehículo espacial de artículo como éste, y un vehículo espacial "de serie" para la ciudadanía. Eso no lo voy a discutir, por supuesto que me quedaré con el vehículo espacial de serie.  A cada detalle le corresponde un trabajo, y el gran abasto necesario para satisfacer a los ciudadanos, y la previsible demanda alimentan la llama de la calidad con todo cariño. Que la administración ha tomado cartas en el asunto, sí sí.
   El trayecto entre la Tierra y la Luna son 380000 quilómetros, se hace despegando, acelerando el vehículo suavemente hasta cierta altura, y acelerando sin complejos desde que la gravedad no es un obstáculo a la fisiología del cuerpo humano. Luego se va llegando a la Luna y se elige el aeropuerto de aterrizaje.  En la Luna el problema no es el aire, digo, sino el frío. Pues calefacción.  A buen recaudo el vaquero que crea, un viaje así en tanto que el mapa no es terreno conocido, ha de estar calculado en detalle a detalle. Pero no es la milonga del millón de pesetas, sale más barato. Por cinco mil eurillos tendría que haber ofertas en las agencias de viajes con viajes a la Luna de dos semanas a gastos pagos. Si la industria se porta como ha de ser, construir un par de aeropuertos y una urbe en la Luna está al alcance de diez años de trabajo en equipo. O estaba¡¡¡ Me refiero a 1969, claro que han pasado 37 años desde eso. Lo tenemos a tiro de tirachinas.
   El trayecto que une la Tierra y Júpiter, pues más de lo mismo, y como las moscas. Al llegar a Júpiter despacio, por rápido y despiadado el ignorante.

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