Verano de prácticas, agua mansa y teclado
nota: Artículo para periódico, ojalá no se me vuelva a cruzar la tensión. Porque siempre salen firmados por otro.
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El primer verano que hice prácticas perdí 16 kilos tras tres (nada) tristes meses viendo que la Universidad es una cosa y la realidad... una rosa (a ratos dando coz de espina). No es un chiste sobre la llegada del AVE a Galicia, pero aquí nunca se viajó tan rápido, ritmo veloz que coincide con un bum bum de libros buscando explicar cómo ver los días más despacio, alternativa si se precisa ayuda, dicen. Autoayuda, lo llaman, lema ideal de una era presumida como ninguna. La semana ya no mide lo que antes aunque haya políticos al rescate de la jornada laboral de 1900. En Periodismo, el verano es tiempo de olvidar los manuales. Entra julio y toca escribir con el tren en marcha. A la tele, llegan rostros anónimos que chapotean en agua informativa de ola más cálida, más mansa. Familia y amigos hacen guardia, cruzan llamadas y mensajes si ella o él salen en pantalla; si ella o él, peinan de otro modo la dicción de ese puntual boletín de radio; si ellos o ellas escriben en un periódico que, dos meses al año, retira el chaqué de plenos, comisiones de gobierno, leyes, derbis del año con goles de sábado... no, ya no. Ahora todo eso va al armario. El verano es un paseo distinto porque cuando bailan los dedos sobre la arena del teclado se cambia la rutina músical de Windows por alegre son de feria, fiesta, turistas, conciertos, playa, vino y marisco al aire libre...
Lady Comunicación... ¡siempre tan práctica!
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re-nota: Los periódicos,siempre tan prácticos, unos pagan otros no, y empiezas a escribir basura como eso de ahí arriba sólo por mero gregarismo, oficio, y un poco de odio.
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