Criptografía contra divulgación
La Historia del conocimiento humano es una carrera de obstáculos en la que no siempre ha ganado el participante más sensato. Un ejemplo de eso es la criptología, el oficio de ocultar un mensaje para lograr un beneficio a corto plazo.
Una característica esencial de la cultura, sea la cultura que sea, es la difusión de los contenidos en la población en sentido amplio. Cuando el género humano se ha dado cuenta de que para divertirse es necesario compartir determinados rasgos, la palabra compartir adquiere pleno significado. La comunicación de ideas y conceptos se apoya en sí misma y se encamina hacia esa simpatía tan necesaria para que la comunidad se respete primero a sí misma y luego para que ese respeto se expanda a otras comunidades. El conocimiento proviene en parte de la socialización de saberes particulares originados en la experiencia del mundo y en parte de la comunicación de esos saberes. La criptología, por el contrario, contiene una visión parcial, fragmentada de la realidad; el núcleo de la criptología es la ocultación de determinados mensajes a una parte de la sociedad, como respuesta a una escasez, como ventaja social, como representación de privilegios y de poder sobre otros. De modo que la criptología es más una técnica de manipulación encaminada a obtener un protagonismo social que una verdadera ventaja global. La criptología se pierde en una comprensión parcial del fenómeno humano y donde quiere generar una ventaja no hace más que limitar el cambio social y obstaculizar la igualdad y la libertad. Con la criptología está generalizándose en dominios particulares la escasez de muchos para obtener la riqueza de pocos, desvirtuando la convivencia y redundando en conflictividad social derivada de esa escasez. Uno de los fundamentos de la criptología es el carácter de secreto. Como juego de secretos es tolerable, pero lo que ya no es tan aceptable es la manipulación a que somete al participante, la aculturación y la negación del significado provocan una dificultad inicial. ¿Cómo hacer público algo que está siendo ocultado sistemáticamente? Poner a descubierto la trama secreta de una organización equivale a dotar de un extra de transparencia al “juego”, y normalmente reporta los beneficios globales que a través del secreto sólo beneficiaba a pocos. Por lo tanto es deseable conocer de criptología como ejemplo de restauración de un conocimiento que ha de ser de todos más que de una secta o grupo particular para que todos nos beneficiemos del valor cultural que esconde, poniendo al descubierto una trama. Termino, compartir, como escribo al comienzo, es un valor universal mientras que el secretismo es un valor particular. El software libre es muestra de ello: mientras algo permanece oculto a la vista tiene mucha potencia metafórica y genera un misterio que puede atraer a muchos, pero es el valor universal el que realmente tiene validez a nivel social, y el que genera verdadero conocimiento.
0 comentarios